martes, 28 de diciembre de 2010

LA CUESTION NACIONAL (CATALANA) VISTA POR EL APÓSTATA GIULIANO






Nuestro corresponsal en la Comunidad de Madrid, Giuliano el Apóstata (ma non troppo), nos envía esta reflexión sobre las elecciones catalanas, la sustitución del Tripartit y el contexto en el que se produce la sustitución de la izquierda plural por la derecha nacionalista autodenominada "civilizada" en relación con otras formaciones más asilvestradas. He aqui el texto de este interesante aportación


El debate sobre los resultados de las elecciones al Parlament de Catalunya abre de nuevo la oportunidad de acometer comentarios más generales sobre la situación política, en el contexto de las crisis de múltiple orden que acontecen en esta actualidad galopante. Hacerlo ahora, ya con cierto retraso, me facilitaría tomar posición en relación con otras reflexiones ya formuladas, algo así como cuando en reuniones o asambleas los más avispados toman la palabra al final para referirse a las intervenciones previas y que suelen añadir poco de la propia cosecha. Sin ser esa mi intención, me atrevo a proponer algunas consideraciones.

En primer lugar, los análisis post-electorales indican orientaciones claras acerca de las causas de la recuperación de la derecha nacionalista en ese país, y del viraje más que probable del electorado hacia la derecha, ahora sin adjetivos, en el conjunto de España, para las próximas generales. A mi me interesa detenerme, en todo caso, en lo que apunta a ser un claro determinante diferencial en España, intensificado a partir de estas elecciones, y que, en mi opinión, se sobrepondrá a otros factores también estructuralmente distintivos de la crisis general en nuestro país.

Me refiero a la llamada “cuestión nacional”. Sin entrar en la larguísima y ya tradicional polémica en torno al “ser” nacional, sea de España o Catalunya, cuestión ésta ontológicamente profunda y que acota un territorio intelectual vedado a quien esto escribe, ya que pese a las muchas lecturas al respecto en las que me he empeñado nunca la he acertado a comprender totalmente, al menos en los términos al uso, me parece absolutamente necesario enfrentar el problema de la configuración fiscal y financiera del Estado que vendrá derivado del complejo ajedrez de pactos y alianzas interpartidarias, al nivel catalán y español, en el nuevo escenario, sea cual sea éste, que surgirá inexorablemente tras las próximas elecciones generales.

Me parece significativo que, atrapados en el ánimo de subrayar las diferencias, no se haya generalmente reparado en las similitudes que acompañan a la crisis en todos los territorios del “Estado”. En este sentido, ni el endeudamiento privado, ni la depredación territorial y medioambiental, ni evidentemente el capitalismo “inmobiliario”, con su secuela de corrupción, como hechos que han invadido el imaginario y la realidad española, han dejado libre espacio alguno en todo el país, y, por lo tanto, no existen singularidades territoriales que hayan escapado a esta dinámica, con la excepción relativa, si acaso, del País Vasco y Navarra, por el peso y la potencia de su sector industrial.

En consecuencia, en esta fase de acumulación, de capitalismo global financiarizado, caracterizado por el descontrol y el desgobierno fruto de la impotencia y desbordamiento del marco político-institucional conocido, y que convierte en principales actores y decisores globales a las élites financieras, es decir, a los grandes bancos e inversores institucionales a escala planetaria, el Estado español, todo, se ha revelado como una arena específicamente dotada de problemas propios, que lo hacen más vulnerable que las grandes economías europeas al ataque de aquellos decisores en su incesante e insaciable búsqueda de lucro y beneficios.

Sin embargo, en su relación con la crisis, no se habla de otra especificiidad, la competición interterritorial, si cabe más relevante tras el triunfo de la derecha catalana en las autonómicas de ese país, una derecha con “seny” que por aquello de que “a Dios rogando y con el mazo dando” hará de la supuesta necesidad virtud y de la homogeneidad política de su nuevo gobierno ("ma non troppo") seña de estabilidad antitética a la corte de los milagros en que se convirtió el tripartito en su última etapa ( confusión a la que aportó más que menos ERC y menos que más ICV-EUiA, pero sobre todo un Tribunal Constitucional incapaz de entender la sensibilidad nacional catalana ). Pero que nadie se engañe, a pesar de las cautelas y de la prudencia de Mas-Collel, nuevo Conseller de Economía y no precisamente un aventurerista, el paso a primer plano de la cuestión del “concierto económico” añadirá un factor nuevo de confrontación a la salida de la crisis en España, y, a mi modo de ver, no inclinado a la izquierda.

En una Europa en la que los Estados compiten entre si en depresión salarial y aplicación de políticas de ajuste fiscal, la “padanización” de Catalunya, aunque con “seny”, será un nuevo problema en el conjunto español de cara a la reconducción de las salidas posibles a la crisis en torno a un liderazgo sociopolítico con el anclaje sindical y partidario de las izquierdas reales. Y no cabe mirar hacia otro lado, las izquierdas deben afrontar este problema de una vez y sin complejos, tomando el camino de la verdadera federalidad solidaria y fraternal, para el Reino de España ( como dirían los amigos de SIN PERMISO ), pero también para toda Europa.

GIULIANO APOSTATA

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