martes, 1 de julio de 2014

ACOSO A LOS SINDICALISTAS: VIOLENCIA DE LA EMPRESA Y SUICIDIO LABORAL




Es ya un lugar común de los medios de comunicación denigrar al sindicalismo como fenómeno desfasado, burocratizado o esclavizado por el poder económico y político. Hoy mismo en Madrid ha habido una importante concentración de delegados de CCOO y UGT que denunciaban la persecución penal de muchos de sus militantes por formar parte de los piquetes de huelga.  o son noticias que se reflejen en los medios. Mucho menos ésta que traemos aquí a colación, la del suicidio de un dirigente sindical de la CUT chilena que con ese acto denunciaba la persecución sindical en su empresa y las condiciones de explotación en su empresa. La colega Karina Narbona, de la Fundación Sol, comenta y explica esta terrible noticia para todos los lectores de este blog. (En la foto, el presidente de la AGAL, Asociación Gremial de Abogados Laboralistas de Chile, nuestro gran amigo Rafael Carvallo, en una reciente visita a La Mancha, acompañado del profesor Aparicio en traje de faena).
 
[Prohibido Olvidar]
El pasado viernes 27 de junio murió Marco Cuadra, dirigente sindical quien se quemó a lo bonzo para  denunciar las precarias condiciones laborales y la persecución sindical de la empresa Red Bus, operadora del Transantiago

Ante la pregunta, ¿por qué hiciste esto? estas fueron sus últimas palabras:
"Por nuestros compañeros… como abusan, no nos pagan la quincena, nos echan a los sindicalistas y a quienes reclaman… Hasta cuando… compañeros"


"Cuando el hostigamiento laboral y sindical destruye la vida"

Por Karina Narbona. Fundación Sol (Chile)

Santiago, 29 de junio 2014.

Un caso que casi ha pasado inadvertido es el del chofer del Transantiago, Marco Cuadra, de 48 años, quien se quemó a lo bonzo en un terminal de Huechuraba para denunciar las precarias condiciones laborales y la persecución sindical de la empresa Red Bus, operadora del Transantiago. Una medida desesperada y violenta con la que el trabajador buscó reflejar y hacer pública la violencia de la empresa.

A fines del 2012 la empresa ya había sido demandada por el despido del presidente del sindicato y en esta ocasión el despedido fue él. Pero su despido fue solo el gatillante para tomar esa drástica medida, las presiones laborales, con sueldos que requieren complementarse con bonos por número de frecuencias para llegar a un nivel mínimamente aceptable, extensas jornadas, pésimas condiciones de higiene y seguridad, lo habían llevado a tomar cursos regulares de acción junto a sus compañeros, a través de su sindicato, para protegerse de estas políticas de gestión "modernas" que incorporó el Transantiago. Pero los cursos institucionales no dan el ancho para que los trabajadores se defiendan.

A la debilidad institucional de los sindicatos, amparada por una legislación laboral que data de 1979 y que sigue vigente, se suman prácticas extra oficiales de hostigamiento encubierto a disidentes que ocupan las empresas "modernas", como sucede con el matonaje ejercido por los propios pares por medio de sindicatos promovidos por la empresa, que generan un entorno sumamente cerrado al cambio. Algo que abunda en el mundo del Transantiago.

Pero esa situación obedece a un contexto mayor a nivel país. La negación de poder a los trabajadores cuando se organizan y la reorganización empresarial que se desencadenan desde la dictadura, han generado un terreno fértil para que las empresas hagan y deshagan con los trabajadores. Eso ha sido especialmente atractivo para las multinacionales. Red Bus, por ejemplo, es la filial de una de las empresas de transportes más grandes del mundo, que ha generado movilizaciones a escala global.