domingo, 4 de mayo de 2008

SOBRE LA CULTURA JURIDICA DEL TRABAJO



Umberto Romagnoli está ultimando un nuevo libro sobre la cultura juridica del trabajo en el que muestra las costuras del derecho laboral italiano. La obra, que está todavía en proceso, se compone de dos partes, una introducción de alcance general en la que la idea central es que la cultura mono-disciplinar de los juristas ha empobrecido las motivaciones del proyecto regulador del trabajo del siglo XX, por lo que se plantea la necesidad de "superar el cono de sombra que se extiende sobre el futuro de derecho del trabajo para restituirle la eficacia regulativa que tenía en sus orígenes, aunque mientras tanto haya cambiado todo". Por eso la parte introductoria es ante todo un recorrido por la cultura jurídica a través de la doctrina, los "juristas escritores", intérpretes y tejedores de las reglas del derecho desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Romagnoli cuenta esta historia y es a la vez narrador y objeto de la narración. Vemos con sus ojos el desarrollo de ese formidable esfuerzo intelectual que supone para todos los especialistas europeos la construcción del andamiaje científico y conceptual de la regulación jurídica del trabajo en Italia, y su mirada crítica es asimismo la respuesta a su propio trabajo como uno de las más relevantes personalidades de la doctrina italiana y europea. En la segunda parte del volumen se trazan los perfiles científico-culturales de tres grandes exponentes de la doctrina italiana correspondientes a otras tantas etapas de su evolución: Ludovico Barassi, Francesco Carnelutti y Luigi Mengoni, a través de los cuales se analiza en profundidad obra y época. Una forma diferente de abordar el tema sobre el que discurre la obra: la importancia de la cultura jurídica en la determinación política del derecho, en particular el del trabajo. Un libro precioso del que se dará cuenta en esta Ciudad Nativa una vez que se publique.

1 comentario:

Francesco dell' Agro dijo...

Debo informar a quien corresponda que ya circulan panfletos exigiendo que se traduzca al castellano. La segunda reivindicación de la octavilla es que el traductor sea el maestro Baylos. Caso contrario puede haber asonadas aproximadamente descontroladas.