Convocados por la plataforma Solidarios con Garzón, ha recorrido las calles de Madrid una manifestación de decenas de miles de personas que han partido desde una plaza próxima al Tribunal Supremo - en donde se encuentra la estatuta de Rousseau - hasta Canaletas, o las cuatro calles, cerca del metro de Sevilla. Allí han intervenido principalmente actores, cantantes y poetas que han leido poemas y canciones originales - las de García Montero, Marcos Ana y la de Luis Pastor - o conmovedores poemas de Antonio Machado, Rafael Alberti, Federico Garcia Lorca y Miguel Hernández, leidos por alguno de los actores convocantes del acto. En el recorrido ha sido constante el apoyo a Garzón y la repulsa al acoso judicial que sufre este juez, así como la reivindicación de la necesidad de investigar los crímenes del franquismo y lograr la reparación plena de sus víctimas. La densidad emocional de la manifestación - pese al intenso frío de la mañana de domingo madrileña - se ha visto correspondida con la belleza indudable del acto, en el que han sido sustituidos los discursos políticos por la palabra de la poesía, reforzando de forma impresionante la eficacia política de la reunión. A continuación se copia el poema que, "en estos tiempos de perplejidad", ha servido a Luis García Montero para comunicarnos sus sensaciones. Y debo confesar que como asistente asiduo a manifestaciones de distinto objeto y reivindicación democrática, hacía mucho que no participaba en una en la que el clima emocional fuera tan alto y la satisfacción de haber asistido a un acto tan significativo ética y políticamente, resultara tan inmensa.
LA FARSA
Luis García Montero
Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa,
el decorado roto, la peluca mal puesta,
palabras de cartón y pantomima.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul,
los barcos equivocan la cuenta de sus olas.
Como el dinero es negro,
la moneda menguante de la luna
ha pagado el recibo de la noche.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio,
no descansan en paz los perseguidos,
el ladrón y el avaro se reúnen
y la ley no responde a la pregunta
de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos
naufragan con sus nombres en la cola del paro.
Los vivos han perdido la memoria
y los muertos no tienen donde caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña
una constitución en la que refugiarse.
Los periódicos piden
una buena noticia que llevarse a la boca.
El poeta no encuentra
las palabras que quiere para decir la verdad,
reparación, historia,
porque son malos tiempos,
porque los tribunales
se han sentado a cenar en la mesa del rico.
Vengan aquí y observen,
es el tinglado de la nueva farsa,
la toga sucia y el culpable limpio.
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