Mientras el grueso de las informaciones sobre las revueltas en el mundo árabe se centran en la guerra civil que se está viviendo en Libia, el devenir de los otros procesos de democratización han quedado en la penumbra informativa. Especialmente llamativo es la escasa atención a la escalada represiva que se está produciendo en Bahrein, que ha provocado la convocatoria de una huelga general de protesta frente a la represión policial y paramilitar a su vez contestada con la declaración del Estado de alarma y con la ocupación militar de la zona por Arabia Saudí y otras potencias de la península arábiga. La Confederación Sindical Internacional ha llamado la atención sobre este tema y ha denunciado la represión que se está produciendo sin la cobertura informativa que gozan otras crisis.
Tras el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía antidisturbios en el centro de la capital Manama y los violentos ataques contra estudiantes universitarios este domingo 13 de marzo, la dirección de la General Federation of Bahrain Trade Unions (GFBTU) ha lanzado un llamado a la huelga general que apoya la CSI.
“La escalada violenta de la represión con relación a los manifestantes que reclaman legítimamente un proceso de diálogo y de reformas, es totalmente inaceptable. La CSI apoya la huelga general como acto de desobediencia civil pacífica convocada por su afiliada bahreiní. Es sumamente urgente que las autoridades respondan realmente a las expectativas formuladas por las fuerzas de la oposición que se manifiestan valientemente desde hace más de un mes para conseguir más democracia e igualdad en Bahrein”, expresó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
Según fuentes sindicales, “las fuerzas de seguridad han utilizado balas de caucho pero también balas reales contra los manifestantes. Hombres armados con cuchillos, palos y revólveres se declaran pro-gubernamentales, inmovilizan los coches en los cruces y varios miembros del sindicato han sido objeto de palizas. Diversos locales de partidos políticos han sido quemados y tememos igualmente un ataque contra nuestros locales.”
Decenas de heridos, algunos en estado grave, se encuentran hospitalizados (**), el año académico universitario se ha suspendido y la inquietud aumenta a medida que tropas extranjeras de Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, concretamente un millar de soldados saudíes, penetraban ayer en Bahrein.
“La represión violenta de las autoridades contra los manifestantes viola los principios de derechos fundamentales y los convenios internacionales firmados por Bahrein. Responsabilizamos al Gobierno del peligroso callejón sin salida en el que ha sumergido el país y pedimos al Príncipe heredero mayor apertura con respecto a las reivindicaciones de los manifestantes y que entable con carácter de urgencia un diálogo auténtico con la oposición”, declaró el Secretario General de la GFBUT Salman Mahfoodh.
“Nuestra acción de huelga es un acto de desobediencia civil pacífica que proseguirá hasta que los trabajadores no se sientan seguros y escuchados. Grupos armados anónimos, que se sospecha trabajan a sueldo de las fuerzas de seguridad, han agredido a trabajadores bahreiníes al igual que a trabajadores migrantes cuando se encontraban de camino al trabajo o simplemente sentados en sus tiendas. Como organización de defensa de los trabajadores, somos también responsables de la seguridad de los trabajadores y exigimos al Gobierno que elimine la presencia de estos grupos violentos y que permita que vuelva la calma respetando el derecho legítimo de los manifestantes a hacer que sus reivindicaciones sean escuchadas”, añadió.
La CSI ha condenado la decisión de las autoridades de Bahréin, tomada esta misma tarde, de imponer la ley marcial, al tiempo que un creciente número de fuerzas de seguridad extranjeras se introducen en el país.
“La decisión de imponer la ley marcial es completamente inaceptable y constituye una afrenta a los derechos humanos. Estamos más profundamente preocupados que nunca por el bienestar y los derechos de toda la población de Bahréin, e instamos a las autoridades a revocar esta decisión de inmediato. Una represión con tanta mano dura sólo hará que las posibilidades de llegar a un resultado negociado a la crisis sean aún más inalcanzables, y ocasionará un daño enorme a la economía y la sociedad de Bahréin”, dijo la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Además de unas 1.000 tropas con vehículos blindados procedentes de Arabia Saudita, la CSI ha tenido conocimiento de que fuerzas de seguridad de otros Estados del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) están también entrando al país. El CCG está formado por Bahrein, Kuwait, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Omán.
La CSI lanza un llamamiento mundial a los Gobiernos para que presionen a Bahréin para que ponga fin a la ley marcial y envíe a todas las fuerzas extranjeras de vuelta a sus respectivos países.
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