El congreso de los diputados español ha aprobado una moción, presentada por el Partido Popular y seguida por todos los grupos parlamentarios, nacionalistas vascos y catalanes y los distintos exponentes de la izquierda estatal y nacionalista gallega y vasco-navarra, que exige al gobierno que no congele las pensiones en el 2011. El argumento es la defensa del Pacto de Toledo, un acuerdo multilateral de todas las fuerzas políticas que data de 1996 y al que se adhirieron los sindicatos, y que establece de forma clara un compromiso de mínimos sobre la regulación del sistema de Seguridad Social para evitar precisamente oscilaciones en su regulación básica derivadas de planteamientos de partido. La relevancia del Pacto de Toledo es evidente, porque fija frente a cualquier planteamiento que desestructure o reduzca el sistema de Seguridad Social un límite asumido por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Defiende por consiguiente el esquema básico de protección frente a los estados de necesidad y su´organziación pública, y determina las reglas centrales a las que se ajustan las prestaciones del sistema, en especial las pensiones.
La moción del PP y de todos los grupos parlamentarios de centro y de izquierda, recoge de forma literal el compromiso del Pacto de Toledo según el cual debe garantizarse el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones mediante la revalorización automática de las mismas, en función de la evolución del índice de precios al consumo y a través de fórmulas estables de regulación, de forma que las pensiones deben subir anualmente por encima del IPC pese a las "coyunturas económicas adversas".
El PSOE ha votado en contra de esa moción, y de esta manera no sólo se ha quedado sólo en una política antisocial, sin que ni siquiera la derecha post-franquista le haya acompañado en la misma, sino que visibiliza una desoladora situación. Es la izquierda política mayoritaria la que acepta la dictadura de los mercados y se apresta a aplicar medidas directamente contrarias al programa electoral del PSOE y a su discurso socialdemócrata. La representante del PSOE que defendió el voto contrario a la exigencia de no congelar las pensiones en el 2011, lo hizo sobre la base de entender que el Pacto de Toledo no se puede interpretar "como el catecismo", y recordó que durante los 8 años de Gobiernos 'populares' la pensión mínima experimentó una subida de 107,00 euros, mientras que en los 6 años siguientes, con el PSOE en el poder, han subido en 240,31 euros. "Esto es defender el Pacto de Toledo", exclamó, y no utilizar las pensiones con "fines electoralistas".
La diputada socialista se confunde en todo. Su propio discurso revaloriza correctamente el compromiso electoral del PSOE de aumentar las pensiones por encima del IPC, y no sólo mantener el poder adquisitivo de las mismas. Pero reducir a un texto religioso lo que es sin duda uno de los elementos políticos, el pacto de Toledo, que fundamentan y anclan el Estado Social en la realidad española frente a intentos de degradarlo, es además una extravagancia indigna de una persona demócrata.
2 comentarios:
que verguenza lo del psoe, que verguenza europa y su culto al mercado financiero. De esta crisis saldremos mucho peor de cuanto entramos, y serán muchísimos, los más débiles, los que marginaremos durante mucho tiempo.
Frente al pesimismo y a la queja, querido Andrés, reaccionemos con la presión de miles de trabajadores contra estas medidas, defendiendo nuestras condiciones salariales y de trabajo. Así resistiremos el embate neoliberal.
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