jueves, 18 de febrero de 2010

REPRESENTACIÓN Y PARTICIPACION SINDICALES (CONVERSACION ESPAÑA – PERU)





Las reflexiones que López Bulla publicó en su blog con ocasión de un acto en la Escuela de Formación de la CONC en el que se presentaba el libro de Baylos “Sindicalismo y Derecho Sindical” en catalán, dio lugar a unos comentarios del sindicalista peruano Carlos Mejía que han sido a su vez proseguidos por una reflexión mas detallada en el blog Metiendo Bulla:

Se inserta aquí un extracto de esta intervención y el comentario adicional de Carlos Mejía.


JOSE LUIS LOPEZ BULLA

He intentado aproximarme anteriormente al vínculo entre “representatividad” y “representación”. O sea, la “participación”, aunque un servidor prefiera la expresión de “hechos participativos”. La ausencia de esta praxis conduce inevitablemente a un sindicato que, en sus formas de ser, le hace ser taylorista en la más amplia acepción del término.


Afirmo, contra quienes mantienen que la innovación tecnológica impide inexorablemente la realización de los hechos participativos. Sin embargo, es muy verdad que la innovación tecnológica pone trabas al tradicional ejercicio de la participación. La asamblea de la fábrica fordista (que ya va siendo en Europa pura herrumbre) de naturaleza ecuménica –todos presentes a la misma hora y en el mismo espacio—va entrando, si ya no ha entrado, definitivamente en crisis. La innovación tecnológica y la morfología del centro de trabajo ha puesto en crisis la relación espacio / tiempo. Pero, también precisamente por ello, en el sindicalismo han aparecido (con la normal escasez de los primerizos) nuevas formas de relación entre el personal. Que la asamblea tradicionalmente presencial sea cada vez menos posible, no impide la puesta en marcha de nuevas concreciones en la participación y los hechos participativos.


De donde me saco de la manga una reflexión que viene al pelo de lo que se viene diciendo. Las innumerables webs sindicales son, de hecho, nuevas sedes del sindicalismo. Esta es una novedad sobre la que, todavía, no he visto suficientes reflexiones al respecto. Hoy por hoy esas nuevas sedes sindicales son una extraordinaria riqueza, y lo serían más si el formato de tales páginas contribuyera a una real participación. Me explico: la mayoría de ellas cuentan con una información (casi en tiempo real) de lo que sucede o se organiza para que ocurra. Pero, puestos a ser exigentes con esta gente tan seria, ¿no sería exigible que tales webs –hasta ahora concebidas, la mayoría de ellas, como instrumentos de arriba hacia abajo, fueran también mecanismos de participación, esto es, de discusión?


Puede que algún sindicalista emérito o de parecida estirpe me diga: “Oye, no hay que olvidar la asamblea presencial, el contacto humano, la relación interpersonal”. Naturalmente que no, afirmo con rotundidad. Pero no caigamos en el síndrome del Asno de Buridán. Así pues, lo importante es la participación como ejercicio de la soberanía sindical; de qué forma se haga es secundario.


Finalmente, entiendo que con el compañero Carlos Mejía, cuyo blog Bajada a bases sigo cotidianamente con interés, parece que han quedado algunos matices en el aire. Es normal, las situaciones son muy diferentes. Podemos y debemos, por eso, seguir hablando. Para mí es un placer.

CARLOS MEJIA:

Como siempre resulta estimulante leer tus ideas. En general, considero que más que diferencias, lo que tengo son preguntas para entender mejor los cambios necesarios en la casa sindical.
Donde si hay diferencias es en la construcción organizativa del modelo español de sindicalismo y el modelo andino (podría decir latinoamericano, pero tengo la impresión que la experiencia de México, Brasil y Argentina establecen diferencias sustanciales con el resto de países de la región). Estas diferencias implican entre otras cosas, una mayor debilidad estructural del sindicalismo andino comparado con el vuestro. En ese sentido, me parece que el énfasis que das al sindicato-de-los-trabajadores es una clave central y una aspiración común para todos. Como imaginaras, en la región andina, salvo pequeños enclaves vinculados a las inversiones extranjeras, el escenario productivo se rige por criterios casi fordistas. Por esta razón, la crisis de representatividad en nuestro caso no tiene el mismo impacto que en España. Por el contrario nuestra capacidad de representación se ve seriamente limitada, pero no por dificultades para articular una agenda sindical de todos y todas, sino por que el otro lado (gobierno y empresarios), básicamente no reconoce al sindicato como interlocutor del trabajo.
En la región andina se ha venido desarrollando un proceso de cambio y reestructuración organizativa bajo la denominación de “autoreforma sindical” en los últimos años. Este proceso en el que la CGTP ha tenido importantes avances, ha encontrado diferentes obstáculos en la región, entre los que podemos señalar la brecha generacional, caciquismos, “machismo” y corporativismo. Y bueno, nada más que darte las gracias por tu gentil y rigurosa respuesta.
Espero mantener una conversación fluida pues enriquece sinceramente la visión y práctica que tenemos los sindicalistas de este lado del mundo.

Un abrazo

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