sábado, 30 de junio de 2012

INTERPRETACIONES INACEPTABLES DE LA LEGALIDAD DE LA OIT






Como ya se ha comentado en estas páginas de Ciudad Nativa, la representación de los empleadores en la 101ª Conferencia de la OIT inició una ofensiva contra el derecho de huelga que les colocó en una situación de autoexclusión del ideario de la organización internacional y su defensa de la libertad sindical. Los ataques virulentos al derecho de huelga en determinados paises - acompañados por agresiones, despidos de represalia, desapariciones e incluso muertes -  fueron así avalados con carácter general por una representación empresarial ultrmontana y antidemocrática que se sitúa fuera de la legalidad internacional. A continuación se transcribe un artículo de nuestro amigo y colega Hugo Barretto, de la Universidad de la República de Uruguay, sobre esta cuestión.

Ahora parece que el derecho de huelga no figura ni está reconocido en la Organización Internacional del Trabajo, y parece también que los organismos de contralor de los derechos humanos de ese organismo se han excedido en sus atribuciones al interpretar que la huelga está contenida en los convenios internacionales. Tal la posición del Grupo de los Empleadores en la última reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, realizada en Ginebra en la primera quincena de junio.
De acuerdo a las actas de la Conferencia, los empleadores han dicho que las reglas de interpretación internacionalmente aceptadas exigen que el convenio número 87 sobre libertad sindical “sea interpretado sin incluir el derecho de huelga”, en tanto dicha norma no lo menciona expresamente. Agregan que si la huelga fuera un derecho internacionalmente aceptado, “se limitaría la capacidad de los gobiernos nacionales para definir el derecho de huelga en su derecho interno”.
La posición expresada por los empleadores en la OIT tiene una serie de consecuencias extremadamente importantes en el plano de los derechos humanos y, lo que es más sorprendente, en el módico plano del sentido común.
La pretensión de reducir el reconocimiento de la huelga a un mero dispositivo del ordenamiento interno de los países resta jerarquía al derecho, que dejaría así de pertenecer al núcleo duro de los derechos de orden público internacional y de contar con uno de los mecanismos de contralor más relevantes, como es el de la Comisión de Expertos de la OIT. Acto seguido, recluiría a la huelga en el recinto de la reglamentación que cada gobierno dispusiera, dejándola al albur de las políticas y prácticas limitativas que más de una vez han sido consideradas inconstitucionales y contrarias al plexo de derechos fundamentales. Por eso, el control internacional del cumplimiento de los derechos individuales y colectivos es esencial ya que los derechos humanos (también) se globalizan y no conocen fronteras nacionales ni competencias exclusivas.
No por ser un sofisma deja de ser eficaz el argumento de los empleadores, que “mata dos pájaros de un tiro”: no solo baja la intensidad de la huelga como derecho al restarle dimensión internacional, sino que además lo ubica en los límites del derecho de cada país, haciéndolo de esa manera presa de las asfixiantes reglamentaciones de que es objeto casi siempre. Tan es cierta esta aseveración, que justamente ha sido tarea recurrente de la Comisión de Expertos de la OIT justipreciar las reglamentaciones que de la huelga han hecho los países miembros de la organización.
¿Que se diría si de otros derechos humanos, como el derecho de libre expresión o de la libertad política se dijera que no tienen reconocimiento internacional y que todo depende de las regulaciones que implementen los gobiernos a nivel nacional?
La retórica de los empleadores no resiste la simple lectura del Convenio 87, cuando dice que las organizaciones de trabajadores tienen el “derecho de organizar (…) sus actividades y formular su programa de acción”: ¿debería el convenio explicitar todas las actividades y acciones a que tienen derecho los sindicatos? ¿Debería decir, por ejemplo, que los sindicatos tienen derecho a realizar asambleas, informar a los asociados, negociar condiciones de trabajo, cobrar la cuota sindical, fundar una guardería? No es posible explicitar todas las “actividades” ni “acciones” de los sindicatos, ni desglosar todos los significados que puede desplegar el derecho a la libertad sindical.
El cuestionamiento de los empleadores en la OIT, de paso, trata de desacreditar la concepción amplia que el organismo tiene de la huelga, que incluye la modalidad de ocupación de los lugares de trabajo.
De ser válida la posición que sostienen los empresarios, hace casi 65 años que estaríamos enseñando y aplicando el derecho del trabajo de manera equivocada, ya que venimos a enterarnos, el día menos pensado, que la huelga no existe como derecho en los convenios de la OIT y que la Comisión de Expertos – integrada por catedráticos independientes de las más diversas culturas jurídicas – es un colectivo de tramoyistas

lunes, 25 de junio de 2012

EL PORQUÉ DE LAS PROTESTAS MINERAS EN ESPAÑA






Extraido del blog

Darío Díaz Alvarez
Economista. Gabinete Técnico CC.OO de Asturias



Cuando se daba por desaparecida (o casi) la figura del minero, quedando aquélla como un personaje del siglo pasado, solamente sujeto a maravillosas fotografías, en blanco y negro, que nos retrotraía a épocas cercanas a los comienzos de la industrialización en nuestro país, surgen las imágenes que a algunos les gustaría haber desterrado de la faz de la tierra: carreteras cortadas con neumáticos ardiendo, atascos en todas las comunicaciones, encierros en pozos mineros, huelgas acompañadas de multitudinarias manifestaciones en las comarcas mineras (que aún siguen existiendo, aunque cueste creerlo) de Comunidades Autónomas como León, Asturias o Aragón.

Qué quieren los mineros?. No comprenden que la minería es un sector sin futuro, en crisis total?, claman los ultraliberales que, al mismo tiempo, “aplauden” el rescate de otro sector mucho más quebrado que el minero. Ya están los asturianos reivindicando seguir viviendo de las subvenciones públicas, proclaman algunos tertulianos “famosillos” después de pasarse por alto e incluso defender bochornosos “regalos” a los grandes capitales, en forma de amnistía fiscal.


El hecho es que tras dos planes mineros, firmados por los Sindicatos UGT y CC.OO. con dos gobiernos distintos (PP y PSOE), para los periodos 1998-2005 y 2006-2012, conseguidos con “sangre, sudor y lágrimas” y con la “espada de Damocles” empuñada desde Bruselas para acabar con el sector a partir de 2018, al gobierno de Rajoy se le ocurre que para qué vamos hacer sufrir más al enfermo, si podemos meterle la “estoca” este mismo año y ya que el Nalón pasa por Langreo de paso lo justificamos con la necesidad de fuertes recortes presupuestarios que tanto sirven para la enseñanza, como para la sanidad, la minería o la dependencia.



El ajuste llega hasta un 63% sobre lo presupuestado en 2011 y sobre lo pactado para 2012, tanto en ayudas directas a la explotación como en ayudas a la reactivación de las comarcas mineras



Todo lo anterior de por sí siendo grave, encierra otros efectos que sin su conocimiento y análisis haría difícilmente comprensible el “estallido social” que ha generado esta medida claramente impopular. Veamos cuales son las razones económicas y políticas.

Razones económicas

Al igual que ya ocurriera en las principales cuencas mineras de la Unión Europea, correspondientes a destacados países como Alemania, Bélgica, Francia o Reino Unido, a la industria del carbón se les asignó una fecha de caducidad a partir de dos premisas esenciales: aparición de nuevas fuentes energéticas (prioritariamente las renovables) y la creencia generalizada de la existencia (a nivel global) de suficientes reservas carboníferas para hacer frente a las necesidades futuras de una energía no limpia y cara como la que se producía, en ese momento, en la Unión Europea.

Partiendo de esa idea genérica, se fue reduciendo la producción de carbón bajo la estrategia de un cierre ordenado y pacífico (salvo en el caso del Reino Unido) con compensaciones sociales de todo tipo y búsqueda de alternativas económicas que hiciera de los territorios sujetos a reconversión agentes reactivadores en otros tipos de industria o empleos alternativos.

En España, los primeros ajustes serios se llevaron a cabo después de nuestra integración en la por entonces Comunidad Europea, contando siempre con el beneplácito de los agentes sociales, no de forma gratuita sino tras fuertes movilizaciones que fueron las que llevaron a la firma no solamente acuerdos importantes de empresa (como fue el caso de Hunosa), sino de los trascendentales Planes Generales de la Minería.

Pues bien, bajo la misma filosofía que impregnaba los cierres mineros en las cuencas del resto de Europa, se había alcanzado un consenso por el cual los sucesivos ajustes se harían con compensaciones sociales (las famosas prejubilaciones), inyecciones de fondos para infraestructuras y nuevo tejido industrial y el mantenimiento de ayudas a la explotación, por entender que, hoy por hoy y pese a su alto coste, el carbón puede formar parte de un mix energético propio que salve cualquier necesidad perentoria encuadradas en el amplio abanico de demandas energéticas, máxime teniendo en cuenta que es una de las pocas energías autóctonas que tiene nuestro país.

Bajo la amenaza del cierre total de la industria del carbón, allá por 2018, en el sector minero, aún pueden confluir dos viejas reivindicaciones que tienen poco que ver con la crisis bancaria, la dichosa prima de riesgo, recortes para reducir el déficit público, etc… que nos amenaza un día sí y otro también con arruinarnos el futuro de nuestro país:ayudas a la explotación que, además de estar consensuadas con los agentes sociales permitirían mantener, aunque sea en mínimos, esa necesidad de completar la “cesta” de productos energéticos, pero sobre todo las ayudas a la reactivación de las comarcas mineras que permitirían finalizar un proceso de fuerte impacto social y económica a pesar de los sucesivos incumplimientos en su financiación y de la mala gestión llevada a cabo en muchos casos.

Algunos datos significativos apuntan a unos compromisos de inversión en infraestructuras, formación y proyectos empresariales del orden de 5.000 millones de euros en el plan 1998-2005 y de 2.000 millones entre 2006 y 2012. Bien es verdad que gran parte de estos últimos compromisos no se pudieron llevar a cabo, fundamentalmente por efectos de la crisis económica que impidieron la cofinanciación de distintos y variados proyectos, amén de una gestión manifiestamente mejorable.

Como también podemos considerar algún que otro fracaso, dentro del ámbito empresarial, en lo que podemos denominar como proyectos nacidos de los “buscadores de subvenciones” que ha ocasionado notables frustraciones en el contexto sociolaboral y empresarial, por ser captadores de multimillonarias ayudas empresariales sin constatación práctica en el tejido empresarial. Bien es verdad que los fracasos empresariales de los Fondos Mineros están en consonancia con la propia práctica empresarial en momentos de crisis, pero también es verdad que sin ser notable su presencia se percibe algún proyecto fruto de la reactivación de las cuencas, a los que será necesario apuntalar con nuevas iniciativas.

Pero es que, además, el factor dinamizador del sector hullero juega un papel muy significativo en la economía de las comarcas mineras, no en vano aún nos encontramos con 7.000 empleos en toda España que dinamizan parte de la economía de 60 municipios, no de forma homogénea en todos y cada uno de ellos, pero si que podemos decir que sin el carbón muchas comarcas de Asturias, León o Teruel quedarían como un auténtico desierto.

Razones políticas

A las razones económicas hay que añadirle las políticas, pues solamente de este calado ha de ser la negativa a inyectar 200 o 300 millones de euros más en los presupuestos del Estado para el ejercicio 2012, con el fin de mantener un sector aún considerado como estratégico y ayudar, aún con pocos recursos, unas comarcas cuyo horizonte puede ser tan negro como el color del mineral que sacan de sus entrañas, cuando apenas hace unos días se ha aprobado la mayor ayuda económica que un sector, en clara recesión como es el bancario, haya obtenido de las autoridades monetarias europeas, sin que quede claro cual es el objetivo del mismo, teniendo en cuenta no solamente las dificultades de liquidez que tiene el sector sino, lo que es más peligroso, de insolvencia.

Alrededor de todo ello gira también la terrible sospecha de que este gobierno intenta echarle un pulso a uno de los sectores más combativos del movimiento obrero (los mineros), sin los cuales la conflictividad social pierde a uno de sus auténticos baluartes en la pelea por los derechos sociales de los trabajadores, a los que se quiere minar tras auténticas barbaridades reformistas, como si una vulgar política thatcheriana pudiese con ello frenar las demandas sociales que pueblan el conjunto del territorio español.

lunes, 11 de junio de 2012

INTERVENCIÓN DEL DELEGADO DE LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES EN LA OIT


En la 101ª Conferencia Internacional del Trabajo, que se celebra en Ginebra, el representante de la delegación española de los trabajadores, que este año ha correspondido a Javier Doz, secretario confederal de internacional de CCOO, mantuvo el 8 de junio la intervención que a continuación transcribimos en su integridad

INTERVENCIÓN DEL DELEGADO DE LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES

EN LA 101ª REUNIÓN DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DEL

TRABAJO

Ginebra, 8 de junio de 2012



Señor Presidente, señoras y señores delegados:



En primer lugar, expreso mi profundo agradecimiento a Juan Somavía por el gran Trabajo realizado al frente de la OIT, y felicito a Guy Ryder por su elección como nuevo director general. Le deseamos lo mejor, en bien de los derechos laborales y sindicales, de la generalización del trabajo decente y del fortalecimiento del papel de la OIT. Mi aprobación al Informe del Consejo y a la Memoria del Director General.


Un hecho insólito ha enturbiado esta Conferencia: el veto de la delegación de los empleadores al tratamiento de las denuncias por vulneración del derecho de huelga. Llamamos la atención a todas las partes integrantes de la OIT sobre lo insostenible de esta actitud. Atenta contra los principios básicos de su funcionamiento y bloquea su instrumento de trabajo más importante. Los empleadores tienen que reconsiderar su posición forzosamente.

Tras más de cuatro años de crisis económica y dos de políticas de austeridad y de reformas / recortes de los derechos laborales y sociales, la situación económica y social de España es de una extrema gravedad. Caminamos hacia los seis millones de parados, el 25% de la población activa, y el paro juvenil ya ha superado el 50%.

El actual gobierno del Partido Popular ha radicalizado la aplicación de las citadas políticas, impuestas, con distintos grados, a todos los países de la Unión Europea por sus instituciones políticas bajo el dictado del gobierno alemán. El resultado en nuestro país, en muchos otros y en el conjunto de la UE .es un fracaso absoluto. No sólo no se han conseguido sus objetivos explícitos sobre deudas soberanas y déficits, sino que hoy todo está mucho peor que en mayo de 2010. La prima de riesgo de la deuda española es 3,5 veces superior a la existente antes de aplicar estas políticas que supuestamente iban a “hacernos recobrar la confianza de los mercados”. El desempleo se ha vuelto a desbocar, se ha pasado de la frágil recuperación a una nueva recesión y tampoco podrán alcanzarse los objetivos de reducción del déficit, a pesar de los brutales ajustes presupuestarios que han sumado 50.000 millones de euros.



No podía ser de otra manera cuando se deprimen conscientemente todos los factores que configuran la demanda interna, en España y en toda la UE simultáneamente, y no se establece ninguna medida de estímulo del crecimiento y del empleo. Sólo el dogmatismo ideológico de quienes hoy gobiernan España y Europa puede explicar tal perseverancia en el error. El conservadurismo neoliberal y antikeynesiano olvida por completo todas las lecciones de la historia económica.

 
El segundo gran error es pensar que se puede compensar los efectos depresivos de la fuerte y simultánea disminución del consumo y la inversión, públicos y privados, mediante el recorte de los salarios y los derechos sociales y laborales, para así “ganar competitividad y la confianza de los mercados”. Como era de prever está sucediendo todo lo contario: más desempleo, más recesión y más desconfianza. Estudios muy recientes del FMI demuestran que no existe correlación alguna entre creación de empleo y reformas laborales.


Las consecuencias de todo esto, en España y buena parte de Europa, son desoladoras. Además de las mencionadas: fuerte aumento de la pobreza y la desigualdad social y profundo deterioro de los servicios públicos y de los sistemas de protección social. Las medidas adoptadas hasta el momento han supuesto el despido de 105.000 empleados públicos. Sólo los nuevos recortes en educación pueden implicar, si las movilizaciones sociales no lo impiden, el despido de más de 80.000 profesores y un notable deterioro de la calidad de la enseñanza pública. Si a ello unimos la drástica reducción de los gastos en I+D+i, cabe decir que nuestros gobernantes no sólo están sacrificando nuestro presente sino nuestro futuro como nación.



La percepción mayoritaria en nuestras sociedades, por encima de las preferencias políticas, de que los gobiernos están aplicando unas políticas tan equivocadas como injustas está produciendo un peligroso efecto de deslegitimación de las instituciones democráticas. Las europeas, carentes de liderazgo político alguno, han llevado a la UE a la peor crisis de su historia, poniendo en juego la propia existencia del proyecto político más importante del Siglo XX. ¡Cómo es posible que la Comisión, el Consejo y el Banco Central europeos, instituciones no elegidas por los ciudadanos, se permitan imponer o proponer la vulneración de constituciones y leyes nacionales, convenios de la OIT, convenios colectivos y acuerdos del dialogo social! Esto ha ocurrido en Grecia, Portugal y otros países. En España, la Comisión Europea acaba de proponer, en sus observaciones al Plan anual de reformas, la vulneración del muy importante Acuerdo tripartito de reforma del sistema de pensiones, de enero de 2011.


Cuando se actúa así, cuando se quiere basar la competitividad en bajos salarios y escasos derechos, hay que sacrificar el diálogo social y la negociación colectiva. Es lo que ha sucedido en España, que hasta hace muy poco tiempo era puesta, con razón, por la OIT como uno de los países con diálogo social más fructífero. CC OO y UGT han dado sobradísimas muestras de su voluntad y capacidad para negociar y acordar con los empresarios y con gobiernos de distinto signo político. Sin embargo, el presidente del gobierno, D. Mariano Rajoy, se niega a recibir a sus secretarios generales, en medio de una situación de emergencia económica y social sin precedentes. Eso no ha sucedido nunca en la democracia española. Y peor aún: la reforma laboral de mayor envergadura de nuestra historia democrática ha sido aprobada por decreto-ley, a principios de febrero, sin diálogo alguno con los interlocutores sociales. Y lo ha hecho sólo trece días después de que UGT y CC OO suscribieran con CEOE y CEPYME un acuerdo sobre salarios, empleo y negociación colectiva para los próximos cuatro años con sacrificios en salarios, flexibilidad negociada y primacía del empleo. El Acuerdo fue olvidado y vulnerado por el Gobierno en su reforma laboral cuyos principales objetivos son facilitar y abaratar el despido, debilitar la negociación colectiva y conceder al empresario la facultad de bajar los salarios y modificar las condiciones de trabajo unilateralmente.

 
Por primera vez en la historia de la España democrática CC OO y UGT hemos presentado ante la OIT sendas quejas contra el Gobierno de España, por violación de los derechos relacionados con el despido de trabajadores, al vulnerarse el Convenio 158, y por violación de la libertad sindical y del derecho a la negociación colectiva, al vulnerarse los convenios 87, 98 y 154. El sólo hecho de probarse la vulneración de estos convenios -que los son flagrantemente en al menos ocho supuestos-, sería motivo de inconstitucionalidad de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

 
El sindicalismo español está luchando contra este estado de cosas con todos los medios a su alcance, siendo apoyado por la mayoría de los trabajadores y amplios sectores de la ciudadanía en manifestaciones masivas y en la huelga general del pasado 29 de marzo. Lo vamos a seguir haciendo, en España y en Europa, acompañando la protesta con propuestas sobre deuda, equilibrio fiscal, crecimiento, empleo, gobierno económico de Europa y política fiscal, reforzamiento y sostenibilidad del Estado de bienestar, etc., que son mucho más justas y eficaces que las fracasadas políticas que padecemos.

 
Y seguiremos luchando por la restauración del diálogo social y la negociación colectiva que son esenciales para salir de la crisis. Y pese a la merecida pérdida de credibilidad de la UE, por sus políticas tan profundamente antisociales, decimos que la solución es “más Europa”, pero no más de esta mala Europa, sino de una nueva Europa que sea capaz de utilizar sus grandes potencialidades y la solidaridad entre sus Estados para salir de la crisis con políticas que preserven su modelo social. El compromiso del sindicalismo europeo con Europa pasa necesariamente por la refundación de la UE en base a un Nuevo Contrato Social Europeo y la profunda democratización de todas sus instituciones.

Javier Doz

Delegado de los Trabajadores de España


viernes, 8 de junio de 2012

INFORMACIÓN SOBRE EL PANORAMA SINDICAL EUROPEO EN LA OIT





El 7 de junio, durante la Conferencia de la OIT en Ginebra,  representantes del sindicalismo europeo se reunieron para informar a los participantes de otros países sobre la situación laboral en el continente, y las estrategias sindicales dirigidas a influir sobre ella. El corresponsal en Ginebra del Parapanda Tribune, el muy conspicuo Alvaro Orsatti - en la foto con otros corresponsales extranjros destacados en la bella ciudad suiza- nos manda esta detallada crónica.

Fueron tres las  centrales  representadas: UGT-España,  por  Candido Méndez, CCOO, España, por Ignacio Fernandez Toxo, DGB-Alemania, por   Wolfgang Luterbach, de DGB-Alemania,  y GSEE-Grecia, por  Zoe Lamara-Tzotze.    Asimismo, intervinieron CSI, por Sharan Burrow y Luc Coortebeck y CES, por Bernardette Segol. 
 
El origen de la reunión fue informar sobre la denuncia (presentada en mayo ante la OIT)  de las dos centrales españolas sobre la reforma laboral en ese país.   Pero la reunión se realizó en momentos en que los empleadores acababan de llevar a la suspensión de la discusión de los casos nacionales en la Conferencia, por lo que éste fue un segundo tema permanentemente mencionado por los expositores. 

España
Cándido Méndez  planteó que el sindicalismo español, en 2011-12, hizo un ejercicio valioso de búsqueda de equilibrios, con la firma de dos acuerdos: el primero sobre pensiones y el segundo sobre contención salarial y negociación colectiva, que reconocían  la presencia de la crisis y buscaba preservar principios de equilibrio.  El único secreto para que las reformas laborales  tengan algún efecto positivo es que sean negociadas, pero éste no fue el caso: la reforma del nuevo gobierno fue impuesta y fracasará, al no resolver el paro.  Esta reforma busca también una alteración sustancial en los valores vigentes en el campo laboral: la negociación colectiva y la garantía de tutela judicial.    Se busca reproducir el comportamiento de la sra. Thatcher en su momento, violentando el dialogo social.  Pero habrá un fracaso económico, político y moral de estas políticas.   Puede decirse también, como lo ha hecho Habermas, que por primera vez en Europa también está en peligro la democracia.  La economía de mercado es compatible con la democracia cuando se la practica como economía social de mercado.
Méndez terminó aludiendo a lo que podría ser el título de esta nota: “el sindicalismo tiene vocación de salmón de río de montaña: nada contra la corriente. Pero otra cosa es nadar con las manos atadas y un lastre en los pies, mientras las políticas de ajuste entierran a la sociedad, y los gobiernos piden que escarbemos, con lo que nos sumergimos un poco más. Oírnos nos oyen, pero no nos escuchan. En cierto momento hay que actuar, pasando del dicho al hecho”. 
Fernández Toxo comenzó diciendo que “no todo va mal en España: lo que va muy bien es la unidad sindical de acción entre CCOO y UGT”.   Esto es patente desde el giro neoliberal iniciado en mayo del 2010.   En el plano europeo, propuso reflexionar sobre “la propia idea de Europa, en cuanto a un mal punto de partida y de concepción de la unión monetaria: el euro nació sin instrumentos de gobierno  (fiscalidad, presupuesto, reserva federal) que permitan contrarrestar la presión financiero.  Europa presenta un flanco débil ante los mercados, y la dinámica de reformas es un subproducto de esta situación.  Se intenta un cambio de paradigma respecto del pacto social implícito de posguerra: el Modelo Social Europeo.  Se considera que, al incorporarse a la economía global actual, Europa no podría sostener el modelo global, si quiere competir con ventaja. Los dos grandes cambios son el cuanto a la primera distribución de la riqueza, vía negociación colectiva, y la segunda, a través de los impuestos y cotizaciones.  Compartió el enfoque sobre la pérdida de calidad de la democracia, ejemplificando con la casi unanimidad en la no realización de referéndum respecto del ajuste.
Frente a esta situación, el sindicalismo es la “última trinchera”, lo que otros consideran una “rémora” para que este programa se instale definitivamente.
Se necesita combatir estas políticas en el propio espacio europeo, presentando alternativas en lo económico y social, además de “salir a la calle”. Es el objetivo de la  propuesta de Contrato Social de la CES, para movilizar a la población.

Alemania
DGB  se propuso destacar que la situación laboral en Alemania es tan grave como en los otros países de la región,  lo que se evidencia en  la fuerte presencia de la precarización laboral en Alemania: 7.7 millones, con un crecimiento del 45% en diez años.  Situaciones como la cesión de trabajadores por agencias de trabajo temporal han crecido aún más: 150% en ese mismo lapso.  Por ello, es solidaria con las huelgas en Grecia y España así como con los jóvenes que se largan a la calle, en la batalla común contra la demonización del Estado Social.  Los sindicatos no solo deben luchar a favor de una mejora en las condiciones materiales sino defender los logros de la democracia y el Estado Social, respecto de los cuales pareciera que los gobiernos no son capaces de garantizarlos plenamente.  DGB terminó prometiendo su participación en  favor de la causa sindical española.

Europa
La CES anunció la decisión que acababa de tomarse en la Confederación respecto de la presentación a fin de mes, en ocasión de la Cumbre Europea,  de una propuesta de Pacto Social.   El objetivo es la búsqueda de un cambio en la retórica y en la mitología que actualmente los gobiernos utilizan en relación a la crisis.  Teniendo en cuenta que el sindicalismo está convencido que la receta actual no va a funcionar.  Se observan algunas reacciones de los gobiernos que van en la dirección correcta del crecimiento, pero  ello no es exactamente lo que quiere el sindicalismo, ya que también se piden reformas estructurales que mantienen características tradicionales.   La propuesta de Pacto está dirigida a señalar que los ciudadanos no desean esta Europa. Y que por ello no van a apoyar a una Union Europea que eche por tierra lo alcanzado.

Sharan Burrow intervino brevemente para destacar el aumento de la desigualdad y la pobreza, así como a sincerarse sobre que la próxima generación muy posiblemente vivirá peor que sus padres, mientras que los bancos siguen siendo rescatados y se ataca a  los  trabajadores, mediante una “guerra laboral”, en un contexto general que ha sido “secuestrado”.   Se necesita retomar una mejor distribución del ingreso mediante la negociación colectiva y crear una unión fiscal y política.  También felicitó a las centrales españolas por el acuerdo sobre negociación colectiva, el cual, si bien fue finalmente pisoteado, era  excepcional y maduro,

La ofensiva antidemocrática de los empleadores en OIT
Sobre el  episodio que acababa de desarrollarse  en la Conferencia, según el cual los empleadores se habían negado a que se discutieran las violaciones más graves de derechos sindicales en el mundo. Se bloqueó así la discusión de algunos de los peores casos de violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en la Conferencia anual de la OIT en Ginebra, y eso que desde 1926, la Conferencia ha discutido los casos más graves incluidos en el informe anual del Comité de Expertos de la OIT, una instancia de 17 miembros integrada por eminentes juristas internacionales e independientes. Rompiendo claramente esta tradición y estas reglas, la Organización Internacional de Empleadores (OIE) se había negado a discutir los casos. La excusa fué la amenaza que representaba para el interés empresarial el ejercicio del derecho de huelga. "Los empleadores han secuestrado el proceso basándose en una convicción ideológica equivocada según la cual el derecho de huelga, garantizado por numerosas leyes, constituciones nacionales e instrumentos internacionales, constituye una amenaza para la codicia corporativa", de forma que "los grupos de empleadores están tratando de socavar uno de los mecanismos más eficaces de los derechos humanos en el sistema internacional. Esta postura podría hacer que sus empresas miembros menos responsables obtengan unos pocos beneficios más y sostengan gobiernos que permiten, o incluso fomentan, la violencia contra los que trabajan. Sin embargo, lo harán a costa de las vidas y el sustento de algunos de los trabajadores y trabajadoras más vulnerables del mundo".

Sharan Burrow se preguntò sobre “qué persona puede hablar contra el derecho a huelga”? También Fernández Toxo consideró que lo sucedido fue una estrategia predeterminada de los empleadores, que ojalá quede como un episodio desagradable y no influya  en el futuro.  Asimismo, Luterbach consideró que, por un lado, fue  un “ejercicio de soberbia empresarial y de venganza barata de malos perdedores  por el nombramiento de Guy Ryder como director general de OIT y, por el otro,   un ataque frontal a toda la institución.  Lo que hay detrás es un proyecto de largo plazo por debilitar a la OIT, ante lo cual hay que reaccionar en forma contundente”.  

Desde Ginebra, Alvaro Orsatti.